¿Alguna vez te has preguntado por qué tomas ciertas decisiones sin pensar realmente en ellas? Ya sea tu ruta diaria, tus hábitos alimenticios o cómo reaccionas ante determinadas situaciones, la respuesta está en el subconsciente.
Según investigaciones en psicología y neurociencia, aproximadamente entre el 90 y el 95% de nuestras decisiones las toma nuestro subconsciente. Esto significa que la mayor parte del tiempo actuamos basándonos en patrones automáticos, creencias y emociones profundas, sin que nuestra mente consciente esté plenamente comprometida.
El subconsciente es la parte de nuestra mente que procesa millones de datos cada segundo, sin que lo sepamos. A diferencia de la mente consciente, que es limitada y sólo puede manejar una pequeña cantidad de datos a la vez, la mente subconsciente almacena todas nuestras experiencias, emociones, creencias y hábitos pasados.
La mente consciente, por su parte, participa en alrededor del 5 al 10% de nuestras decisiones. Es el principal responsable de decisiones más reflexivas, como cuando analizamos una situación compleja o sopesamos los pros y los contras. Pero incluso en esos momentos, el subconsciente ya ha hecho gran parte del trabajo en segundo plano.
Kinesiología para trabajar con el Subconsciente
Como parte de una sesión de kinesiología, podemos acceder a estos patrones subconscientes y comprender cómo influyen en sus decisiones, bienestar y comportamientos. Identificando bloqueos emocionales o creencias limitantes es posible liberarlos y restablecer el equilibrio interior. Esto te permite tomar decisiones más alineadas con tu verdadera esencia, en lugar de dejarte regir por hábitos automáticos o emociones reprimidas.
Conclusión
La mayoría de nuestras decisiones no son tan racionales como parecen. El subconsciente juega un papel mucho más importante de lo que imaginamos y comprender cómo funciona puede ayudarle a comprender mejor sus decisiones diarias. Gracias a la kinesiología es posible reeducar el subconsciente y vivir una vida más consciente, alineada y plena.